martes, 17 de mayo de 2011

No sé con certeza qué día del mes podré recordar con nostalgia que fuiste mío esa vez. Que rabia. Y yo que me enamoré de tu sencillez.
A la mierda! No me vengas con que nunca me mentiste, porque estuviste conmigo cuando todavía "la querías" y nunca estuviste tan enamorado como decías.
Yo que te mostré partes de mi piel que nunca vieron la luz, te conté mis mayores anhelos sin timidez, mis problemas, mis dudas, mis pecados, mi cruz.
Y hoy, que me encuentro preguntándome ¿por qué? quizás así el amor se me vaya de una vez y ya deje de sufrir. Tampoco se por qué te creí, será tu mirada, tus labios. Dios mio. Tu boca.
Como te extraño.
Me hacen falta tus brazos rodeándome, tu cuerpo en mi cama, tu olor en mis sábanas y sentir mi perfume en tu suave piel. Este intercambio de besos en mi mente que no deja de retumbar, tampoco terminará jamás.
Te quiero, y es que no hago otra cosa mejor.
Después de lo mucho que me diste por lo malo que me hiciste...

(Que es -nosecuanto-)

Qué más me queda?