miércoles, 14 de julio de 2010

Cuidame de no saber todo el tiempo que me hiciste bien. Cuidame, cuidate. ¿Que se hace cuando no sabes que hacer? Cuando ni lo que sentís está claro, o lo suficientemente claro. Cuando no podés ni mentir sobre lo que te pasa, porque definitivamente: no tenés idea. Y querer cambiar, y no poder. Y tratar, y no poder. La traba de siempre. Pero ¿de qué traba me hablás? No sé, realmente no sé, pero ahí está: como siempre. ¿Y qué hago con las ganas de verlo? Y ahí otra vez: el querer y no poder. Hoy es de esos días. Y las ganas de abrazarlo hasta dejarlo sin aire, ¿qué hago con eso?, ¿Y con todo lo demás? Es que no, no, no. Algún día.. bueno, quizás más adelante, bueno.. por ahí no dentro de tanto. ¡Nunca!, ¿Nunca?, ok, nunca. ¿Y eso es bueno o malo? Malo. No, no. No es malo, es bueno, me va a ayudar. ¿Estoy intentando autoconvencerme? Es verdad, no es malo, defintivamente: es muy malo. Acá está otra vez.